01 mayo, 2008

de Edgardo Cozarinsky

La breve gestión de José Miguel Onaindia en el Centro Cultural Rojas ha sido un ejemplo de lo que puede hacerse en este país degradado por la demagogia y el oportunismo cuando la función pública es ejercida por gente de cultura sólo atenta a los valores de la creación y con un sentido de lo político (no hablo de la política sino del espacio público, de la polis) que excede los miserables cálculos de quienes ocupan el poder.
Me siento honrado de haber estado cerca de su gestión y lamento que una vez más la Argentina haya elegido el camino del patoterismo y la ceguera.

Cordialmente,
Edgardo Cozarinsky